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Recomendación del autor
¿Te atraen físicamente las personas de tu mismo género o del opuesto? ¿Te consideras pansexual o demisexual? Si tienes dudas sobre la terminología, aquí encontrarás el listado completo.
La atracción sexual y la emocional son diversas. Es algo que se refleja cada vez más en las múltiples categorías divulgadas en los últimos años, sobre todo, gracias a las luchas por la igualdad. Diferenciar los conceptos de sexo biológico, identidad de género y tipos de orientación sexual es el primer paso para comprender la diversidad.
El binomio heterosexual-homosexual fue normativo por siglos. Pero siempre existieron decenas de posibilidades con respecto al deseo, el erotismo y el atractivo físico y emocional. Sin embargo, la sociedad no tenía la tolerancia que tiene ahora para hablar abiertamente del tema.
¿Cuál es la diferencia entre orientación sexual y género?
Comencemos por diferenciar orientación y género. Si bien ambos conceptos guardan relación entre sí, el primero refiere al tipo de gusto hacia otras personas, mientras que el segundo alude a la identidad propia.
El género es un constructo social sobre cómo nos percibimos. Por su parte, la expresión de género es la forma en que demostramos la identidad hacia fuera.
En ocasiones, la expresión coincide con la identidad, pero no siempre. Algunas personas eligen no demostrarla por diferentes motivos, a veces vinculados con la discriminación.
La orientación sexual se define como la atracción emocional, sexual, afectiva, personal y romántica hacia otra persona. Es decir, el segmento poblacional por el que nos sentimos atraídos, ya sea por factores culturales, biológicos, económicos o sociales.
Géneros y tipos de orientación sexual son independientes del sexo biológico. Este es definido al nacer a partir de características hormonales, genéticas, anatómicas y fisiológicas.
Finalmente, vale aclarar que conocer la identidad de género, tanto como la orientación, es parte central de nuestra construcción social e individual. Sin embargo, una es independiente de la otra. Definir cómo nos percibimos no implica que nos atraiga uno u otro grupo sí o sí.
¿Qué tipos de orientación sexual existen en la actualidad?
Con los conceptos básicos aclarados, veamos algunas de las preferencias sexuales que existen. Tales etiquetas no siempre tienen asidero en el sexo biológico, sino más bien en la subjetividad erótica y en la construcción social del género.
Homosexualidad
Engloba a las personas atraídas por otras del mismo sexo o mismo género. Es una de las orientaciones más reconocidas y abarca a las lesbianas y los gais.
Alrededor de un 10 % de la población mundial se identifica con esta orientación. A pesar de ello, en algunos sectores geográficos y en leyes de determinados países, se sigue asociando con algo «antinatural», sin que exista fundamento para tal consideración.
Heterosexualidad
Define a la atracción por personas del sexo biológico opuesto. Es la orientación mayoritaria y más aceptada a nivel social, que puede determinarse de forma sexual, romántica o emocional. Constituye la norma política y cultural de las relaciones amorosas desde hace siglos.
El interés exclusivo del hombre por la mujer es asimismo un problema que requiere una explicación y no algo que viene dado.
Bisexualidad
El tridente de orientaciones más reconocidas se cierra con la bisexualidad, que identifica a personas con atracción por ambos sexos biológicos. Como toda preferencia, puede tratarse de un evento momentáneo y fluctuar, pero también extenderse durante toda la vida y representar parte de la identidad.
Según un estudio publicado en la revista INFAD de Psicología, las personas bisexuales y homosexuales tardan más tiempo en definirse. Esto se debería a la lucha que deben enfrentar contra lo esperado y aceptado en las sociedades heteronormativas.
La bisexualidad es una etiqueta expuesta a la discriminación y los prejuicios. En términos del proceso de definición del tipo de orientación, es posible que las personas la eviten, de modo inconsciente, por percibirla como la ausencia de las otras dos que ocupan los extremos (heterosexualidad y homosexualidad).
Demisexualidad
Los demisexuales sienten atracción por personas con quienes enhebraron un vínculo afectivo previo. Es decir, que el deseo surge a partir de la conexión emocional, por lo que suelen precisar un intercambio mayor de experiencias compartidas.
Existen varias señales para identificar si eres demiromántico. Algunas de ellas son que te enamoras esporádicamente, que comienzas los vínculos amorosos con una amistad o que demoras en construir una relación seria.
Ginosexualidad
Se trata del término que define la preferencia hacia las mujeres y los rasgos femeninos. Abarca a hombres reconocidos como heterosexuales y a mujeres lesbianas.
Y es que no tiene solo que ver con el sexo biológico. Muchas veces, los ginosexuales se sienten atraídos por varones andróginos, es decir, hombres con rasgos externos similares a las características biológicas femeninas.
Sapiosexualidad
¿Te sientes atraído por el intelecto de una persona antes que por otras características? Es lo que le sucede a los sapiosexuales, quienes despiertan su deseo a partir de la inteligencia del otro.
Esto no significa que los rasgos físicos no intervengan, pero se hallan en segundo plano con respecto a la intelectualidad. De ahí el uso del prefijo sapio, cuyo significado en latín es ‘saber’.
Pansexualidad
Describe a quienes sienten atracción por cualquier persona, más allá de su sexo biológico o identidad de género. A diferencia de la bisexualidad, es más abarcativa, ya que incluye a géneros no binarios, es decir, fuera de la norma hombre-mujer. Además, los pansexuales despiertan su deseo a partir de las cualidades y la personalidad, antes que por el aspecto físico.
Asexualidad
Las personas asexuales no experimentan deseo ni atracción sexual por ningún género. Sin embargo, pueden sentirse atraídas por aspectos intelectuales o emocionales de los otros. Esto habilita la generación de vínculos desde dichas perspectivas, hasta con enamoramiento, sin remitir a lo sexual.
En el amplio espectro de la asexualidad es posible diferenciar otras orientaciones que, con sus diferencias, se encuentran asociadas, como las siguientes:
- Hiposexualidad: es la falta de deseo por condiciones concomitantes, como el estrés, la ansiedad, la baja autoestima o la depresión.
- Graysexualidad: es una asexualidad momentánea, una etapa en la que no se siente atracción física por nadie, pero que puede variar con el paso del tiempo.
- Grisexualidad: la atracción física existe, pero ocurre en escasas y específicas oportunidades. También conocida como asexualidad gris, quienes se identifican con ella tienden a postergar el acto sexual y prefieren otro tipo de contacto físico.
Lithsexualidad
Las personas lithsexuales sienten atracción por otras personas de cualquier género u orientación, pero no tienen necesidad de ser correspondidas. En general, no especulan con un vínculo emocional ni con una relación duradera, sino que prefieren quedarse en la etapa previa.
Cuando el deseo comienza a ser mutuo, pierden el interés. Algunos colectivos asocian la lithsexualidad con el género femenino, por lo que el término akoisexualidad sería el equivalente para el masculino.
Skoliosexualidad
Orientación que describe a quienes sienten atracción por personas transgénero, transexuales o intergénero. Es decir, hay deseo físico, emocional y romántico por quienes se autoperciben en las categorías no binarias.
Antrosexualidad
Así como existen etiquetas para identificar atracciones por múltiples géneros y orientaciones, también hay una para quienes desconocen la suya. Los antrosexuales pueden generar vínculos con personas de la misma u otra orientación, pero no se identifican con ninguna categoría específica.
Monosexualidad
Es la preferencia por personas de un solo género. El término engloba a heterosexuales y homosexuales, ya sean hombres o mujeres. A su vez, se contrapone a la asexualidad y la polisexualidad.
Polisexualidad
La atracción física, emocional o romántica por personas de más de un género. Al igual que la pansexualidad, es más incluyente que la bisexualidad. Sin embargo, el polisexual define su preferencia por tres o más grupos, no por todos, y no siempre con la misma intensidad.
Autosexualidad
Vinculada al autoerotismo y al amor propio. Es el deseo por uno mismo y por la autosatisfacción.
Los autosexuales no son narcisistas. No necesitan de un público que los idolatre o desee, sino que se bastan a sí mismos en el plano sexual.
Androginosexualidad
Describe la atracción hacia personas de apariencia andrógina. Es decir, hacia quienes tienen rasgos físicos que no se corresponden concretamente con su sexo biológico. Incluye a parte del grupo de los ginosexuales.
Pornosexualidad
Una categoría novedosa para definir a quienes sienten atracción solo por la pornografía. Hay discusión científica sobre su ubicación dentro de los tipos de orientación sexual, ya que no se dirige, de manera puntual, hacia otras personas, sino al consumo de material pornográfico.
De todas maneras, sí cumple el criterio cuando el pornosexual decide no tener relaciones con nadie. Es decir, que su interés se concentra en exclusivo en la pornografía.
La sexualidad no es algo inherente o biológico, sino que es también una construcción social y cultural que está sujeta a normas y regulaciones.
¿Qué tipos de género existen?
Los géneros son construcciones sociales. Cumplen un rol, que es identificar a las personas dentro de un determinado grupo.
A veces, el sexo biológico se asocia al género de modo tradicional binario: hombre-masculino y mujer-femenino. Sin embargo, cada vez se divulgan más los géneros no binarios, que desafían dicha concepción para promover una identidad libre. Sobre estos últimos vamos a centrar la lista a continuación.
Fluido
El género fluido incluye a las personas cisgénero (hombre y mujer) que, en determinado momento, deciden modificar su identidad por percibirse en otra categoría. Este cambio puede no ser fijo, por lo que es posible volver a modificarlo.
No existe un tiempo definido para permanecer en una u otra categoría. Se abarcan años, e incluso décadas.
Trans
Cuando el género no coincide con el sexo asignado al nacer, hay transgénero. Ello es independiente de que se tomen acciones para cambiar el sexo biológico mediante tratamientos.
Es un colectivo muy discriminado y perseguido. Según Amnistía Internacional, entre 2008 y 2023, al menos 4276 personas trans fueron asesinadas, de las cuales el 94 % eran mujeres trans.
Aquí podemos encontrar las siguientes categorías:
- Travesti: quienes toman actitudes, vestimentas u otras características del sexo opuesto. Sin embargo, no siempre se identifican o desean cambiar su sexo biológico.
- Transgénero: así sin más, son personas cuya identidad es diferente al sexo biológico. Optan por pertenecer al género opuesto, pero sin realizar tratamientos que modifiquen su biología.
- Transexual: en este caso sí se opta por una transformación física. Se realiza una operación de cambio de sexo o un tratamiento hormonal, acompañados por modificaciones estéticas y del estilo de vida en general. Las personas con sexo biológico femenino que viven como varones y cambian su cuerpo en pos de ello, serían transexuales masculinos. Al contrario, quienes nacieron con sexo masculino, pero viven como mujeres y cambian su cuerpo, serían transexuales femeninos.
Queer
La teoría queer rechaza la concepción binaria tradicional de la identidad sexual. Se trata de un término que proviene del inglés, cuyo significado es ‘extraño’.
Las personas queer no se identifican con etiquetas fijas. Pueden encontrarse en un rango entre lo masculino y lo femenino o autodeterminarse como algo completamente diferente a las categorías preexistentes. Además, se acepta que la identidad puede fluctuar.
Intergénero
Estas personas no se autodefinen dentro de un género tradicional. Sin embargo, tampoco necesitan estar completamente por fuera de ellos ni desconocerlos. Hay intergéneros que se consideran masculinos y femeninos a la vez, así como otros se perciben sin ningún elemento en absoluto de los sexos biológicos.
Poligénero
A diferencia del género fluido, en este caso se admite la coexistencia de diferentes géneros al mismo tiempo, en la misma persona. La fluidez está en la proporción de esas identidades. Por ejemplo, alguien podría percibirse, ahora, como 60 % masculino y 40 % femenino, pero el mes próximo, quizás sea 90 % femenino y 10 % masculino.
Variantes específicas son el bigénero y el trigénero. Como sus nombres lo indican, perciben al mismo tiempo dos o tres identidades, en distinta proporción.
Pangénero
Una persona con esta identidad se siente cómoda con todas las etiquetas a la vez. Tanto con las categorías binarias como con las no binarias. De todos modos, no debería confundirse con la pansexualidad, que es hacia dónde se dirigiría el afecto.
Agénero
También conocido como género neutro o blanco, no se identifica con ninguna categoría. El sexo biológico podrá ser cualquiera.
El cuerpo no es una cosa, es una situación: es nuestra comprensión del mundo y el boceto de nuestro proyecto.
Los tipos de orientación sexual y los géneros están en constante cambio
Como cualquier clasificación, y más en el ámbito de las etiquetas sociales, hay modificaciones que responden a la cultura y a la forma de entender el mundo. Incluso, hay situaciones que exceden a los ámbitos de la orientación y del género, como la intersexualidad, que son las personas que no tienen todas las características biológicas de un género (nacen con caracteres secundarios masculinos y vagina, por ejemplo).
Es preciso comprender a los tipos de orientación sexual y de género como formas de visibilizar e identificar colectivos históricamente marginados. El espectro es amplio porque promueve cada vez una mayor apertura, de modo que las personas puedan disfrutar con libertad su sexualidad y su identidad.
Las concepciones tradicionales dejan por fuera a millones de seres humanos. En la heteronormatividad no hay espacio para variados tipos de orientación sexual. Al contrario, se plantea su discriminación y segregación.
Todas las identidades merecen respeto, libertad e igualdad de derechos. Es la vía para la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.